En 1988, el Gobierno introdujo una nueva Política de Fauna y Flora Silvestres en respuesta al declive de la población silvestre. La política reconocía la importancia de permitir que las personas que vivían fuera de las zonas protegidas se beneficiaran de los recursos de la vida salvaje, ya que esto les incentivaría a protegerlos. Sin embargo, incluso después de más de 20 años, sigue habiendo obstáculos importantes que dificultan la distribución justa de los ingresos del turismo, lo que pone en peligro todo el concepto de turismo comunitario como fuerza transformadora en la conservación de la vida salvaje. Hoopoe y muchas otras organizaciones han tenido que adaptarse a un panorama jurídico y empresarial impredecible, pero mantenemos nuestro compromiso de operar más allá de los parques nacionales y superar los retos que se nos presenta y mantener nuestro trabajo con las comunidades.